El papel desafiante me mira de punta en blanco.
Observo mi alrededor y solo existe silencio. Escucho mi interior y un vibrar de ruido es constante. El tiempo que corre, que vuela, es mi tormento. Y la soledad no sentida, sino la querida, mi escasez.
Nacida del agua en un invierno de 1978, he recorrido largos caminos cargados de sentimientos. Épocas en las que he batallado desde el fango y otras, en las que he bailado con las estrellas. Y todas ellas me han dibujado fuerte, valiente, capaz de seguir siempre adelante. Soy lo vivido en el pasado, pero son los sueños, esos que en un futuro alcanzaré, los que bañan mi presente en tinta.
Y sin son, se agolpan los pensamientos enredados en un eco vestido de ruido. Silencio. Y la tinta corre de entre mis dedos al papel. Mas sin tiempo, maldito reloj que marcas las horas, siempre es mi deseo parar el péndulo, congelar mi tormento. En soledad.
Y con el punto de mira en el blanco, escribo estas líneas en el papel en un intento por definirme.
¿Me preguntas quién soy? Agua y silencio y soledad y tiempo.